La Catedral de Santa María de la Sede, conocida como Catedral de Sevilla, es un monumento que cautiva a miles de turistas y fieles cada año. Su imponente presencia domina el centro histórico de la ciudad y su importancia se refleja en sus extraordinarias dimensiones y valiosos tesoros artísticos.
Dimensiones y construcción
Con una longitud de 116 metros de largo por 76 metros de ancho, la Catedral de Sevilla es el mayor edificio gótico de Europa y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2010. Sus bóvedas alcanzan una altura de 40 metros, convirtiéndola en el tercer templo católico más grande del mundo. A diferencia de otras catedrales góticas, esta es de planta cuadrada, erigida sobre la planta de la antigua Mezquita Mayor de Sevilla.
Historia y construcción
La construcción de la catedral se inició en el siglo XV, tras la conquista de la ciudad por los cristianos de Fernando III el Santo. Durante más de 150 años, el edificio musulmán fue utilizado como catedral sin grandes cambios. En el siglo XV, Sevilla, un próspero puerto de comercio, decidió que necesitaba un gran monumento para mostrar su riqueza y estatus, dando lugar a la construcción de la catedral tal y como la conocemos hoy.
El interior y sus tesoros
El interior de la Catedral de Sevilla es tan impresionante como su fachada e historia. Las 44 relieves que cuentan la vida de Jesús y el órgano de la capilla mayor son solo algunos de los tesoros que alberga. Además, la catedral alberga los restos de varios reyes de Castilla en la Capilla Real, incluyendo la tumba de Cristóbal Colón, cuyos restos han sido objeto de controversia y traslados a lo largo de la historia.
La Giralda, símbolo de Sevilla
La Giralda, la torre que culmina la catedral, es uno de los monumentos españoles más representativos y un símbolo inconfundible de Sevilla. Esta torre, que combina elementos de arquitectura islámica y cristiana, tiene una historia que se remonta a la época romana.
Diseño y arquitectura
La base de la Giralda se remonta a la época romana, mientras que la parte que integra ventanas con marcos curvos es de origen islámico. El diseño limpio y simétrico de la torre es característico de la arquitectura renacentista. La figura que corona la Giralda, el giraldillo, simboliza el triunfo de la fe cristiana y sirve como veleta, ofreciendo una experiencia única a quienes se aventuran a subir a la cima.
La subida a la cima
La experiencia de subir a la cima de la Giralda es única, con una suave rampa en lugar de escalones, diseñada originalmente para que el almuecín pudiera subir a caballo y convocar la oración. Desde la parte superior de la torre, se puede disfrutar de vistas impresionantes de la ciudad de Sevilla, haciendo que la subida valga completamente la pena.
La catedral que "respira"
Un curioso fenómeno que rodea a la Catedral de Sevilla es que se dice que el edificio "respira". Esto se debe a la dilatación de la piedra por la temperatura, que provoca que la altura de la catedral aumente y disminuya a razón de 2 centímetros al día. Este fenómeno, que evita el agrietamiento de la estructura, es un ejemplo más de la fascinante historia y características de este monumento.
Con su sobria belleza, grandiosidad y rica historia, la Catedral de Sevilla es un destino que cautiva a quienes tienen la oportunidad de visitarla. Desde sus dimensiones impresionantes hasta sus tesoros artísticos y curiosidades, esta catedral es verdaderamente un tesoro cultural que merece ser explorado y admirado.